lunes, 10 de agosto de 2009

Bipolaridad

Y seguía allí, sin más que reducirme a aquella oscuridad que me invadía, que iba poco a poco apoderándose de mí por completo. ¿Hacía cuánto tiempo que me encontraba allí? ¿Meses? ¿O acaso ya eran años? Nada era certero, no allí. Detrás de mí, las retrospecciones me comentaban que en el exterior todo era de carácter onírico. La concepción de vida había llegado a mí en aquella celda, era una realidad irrevocable.

Un hueco abarrotado, a través del cual era posible observar la claridad del cielo, era la única luz que mis ojos habían visto durante aquella vida de inciertas vanidades y dramatismos. De algún modo, el pálido celeste me encandilaba; pero también me fascinaba. Me hacía perder el control y de repente me encontraba suplicándole desesperada que me tendiese su mano para salir de aquella realidad banal.

La bipolaridad del mundo era clara. Siempre había dudado de ella al ser una persona con tanta determinación, pero era algo que hasta el mismo cielo te aseguraba con los radicales cambios que mostraba a lo largo de una jornada.

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